El proyecto Blue Dog



La literatura científica publicada hasta el momento muestra que los niños son víctimas por excelencia de los accidentes por mordedura de un perro durante las actividades diarias y, en la mayoría de los casos, debido al propio comportamiento del niño.
Por este motivo resulta importantísimo educar a padres, hijos y familiares allegados a controlar las interacciones de nuestro pequeño con nuestro peludo. Aunque pueda parecer gracioso, ciertas situaciones entre los niños y los perros pueden ocasionar un contexto verdaderamente arriesgado dado que la percepción del perro respecto a la situación puede ser diametralmente opuesta a la nuestra. De esta forma, abrazos excesivamente intensos, niños que gatean junto a la comida, juguetes o zona de descanso de nuestro perro, niños que se suben a “caballito” sobre el animal o que les tiran de las orejas y la cola pueden suponer una amenaza para el perro de la que, desgraciadamente, siente que tiene que defenderse.
El mejor consejo que puede darse en estos casos para garantizar la seguridad de nuestro pequeño es limitar las interacciones perro-menor exclusivamente a las que son supervisadas por un adulto. Esto significa que un adulto está observando directamente la interacción. Mientras un adulto cocina, prepara el baño, habla por teléfono o limpia la casa no se consideran interacciones correctamente supervisadas.
Por otro lado, tenemos el polo opuesto. Suelen ser l@s abuel@s las protagonistas de estas situaciones. Nos encontramos con familiares que siempre que el perro se acerca al pequeño gritan, castigan o se dirigen al perro en tono brusco. Esto puede generar una asociación negativa para el perro en relación a acercarse al niño por lo que podemos estar intoxicando la relación entre perro y niño.
Aunque se han desarrollado programas en Europa para prevenir la agresión a niños pequeños, como Prevent a bite, estos no están avalados por investigaciones científicas que estudien la forma en que se relacionan los niños y los perros.
Por ese motivo, el objetivo de The Blue Dog es crear una herramienta de prevención de mordeduras para las familias con niños pequeños, mediante un proyecto multidisciplinar que involucra a veterinarios etólogos, psicólogos, pediatras y miembros de la Hogeschool Gent.
The Blue Dog project persigue educar a padres y a niños a partir de cierta edad para controlar las interacciones con el fin de reducir el riesgo de accidentes por mordeduras. Este proyecto ha demostrado tener un efecto muy positivo en la reducción de los accidentes por mordeduras de niños mayores a 2 años por lo que recomendamos muy mucho a todos los padres que recurran a este tipo de herramientas para educar a sus hijos.
Hay que generar concienciación por la salud de nuestros pequeños. Si conoces algún padre o madre temerario comparte esta información con él e invítale a informarse un poco sobre el tema.
Fuente:
- Dog bite prevention. How a Blue Dog can help. Tiny de Keuster, Isabelle de Cock, Christel Moons.
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